viernes, 27 de enero de 2012

Sharapova y Azarenka en final por el número uno

Melbourne.- La diferencia de edad es de apenas dos años. La experiencia, sin embargo, es inmensa.
Maria Sharapova disputará su sexta final de un Grand Slam en el Abierto de Australia mañana sábado contra Victoria Azarenka, quien recién ha alcanzado su primera.
El título de un Slam no es lo único de por medio: la ganadora quedará como la número uno del ránking femenino.
Tres años después de haber conquistado el último de sus tres grandes y a casi ocho tras atrapar el primero en Wimbledon a los 17 años, Sharapova cuenta con una nueva oportunudad para incrementar su colección.
“Es muy significativo el volver a la final de un Grand Slam”, dijo Sharapova. “Es bonito poder llegar tan lejos (aquí), luego de haberme ido temprano en los últimos años”.
Ahora con 24 años, Sharapova tiene una idea clara de los vericuetos en el tenis.
Después de consagrarse campeona del Abierto de Australia en 2008, la rusa se sometió a una operación en el hombro que la mantuvo fuera del circuito durante nueve meses.
Le tomó bastante esfuerzo volver a su mejor nivel: se despidió antes de los cuartos de finales de Australia en sus últimas dos visitas.
Llegó a la final de Australia el año pasado, pero perdió ante la checa Petra Kvitova, a quien derrotó en las semifinales del jueves.
“Con el hombro, sabía de casos de gente que nunca se recuperaron totalmente de la operación y eso te dio algo de miedo, pero no tenía otra alternativa. Fue todo un proceso, pero tenía que hacerlo.
Y lo hice”.
Sharapova se expresa como una veterana y lo demostró con la forma con la que le salió al paso ante un coro de reiteradas preguntas de los periodistas por sus gruñidos tras el partido de cuartos de final.
“Nadie que sea importante me ha dicho que cambie o que sea diferente. Lo he dicho varias veces antes. Seguramente tendré que hacerlo muchas veces más en el futuro. Estoy tranquila así”, afirmó. Pero el tema de los gruñidos a todo volumen será insalvable de aquí al sábado, pues la final enfrentará a las dos jugadoras más ruidosas del circuito.
La WTA quiere bajar los decibeles al indicar que la práctica irrita a los espectadores.
Lo que sea deberá comenzar desde una edad temprana con las chicas nuevas.
Tanto Sharapova como Azarenka insisten que gruñir es algo esencial dentro de su estillo de juego y que no tienen la intención de cambiar.
En el caso de Azarenka, los fanáticos en Australia han empezado a imitar sus ruidos, pero la bielorrusa de 22 años no ha perdido el aplomo.
Al vencer a la campeona vigente Kim Clijsters en las semifinales, la tercera cabeza de serie estiró a 11 su racha de victorias tras conquistar el título de Sydney en la antesala al primer Slam de la temporada.
Al igual que Sharapova, Azarenka sólo ha cedido dos sets en Melbourne, uno contra Clijsters en las semifinales.
Cuando parecía que el partido se le escapaba, Azarenka respondió para salir triunfante, cosa que atribuye a su dedicación al entrenamiento y la experiencia que ha adquirido.
“No importa que tenga toda la convicción de que vas ganar”, dijo Azarenka.
“Hay que trabajar duro.
Hay que trabajar en todos los detalles, esa confianza es lo que te permite creer”.

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