Djokovic, Federer y Mónaco, a octavos

NUEVA YORK -- El suizo Roger Federer alcanzó los octavos de final del Abierto de Estados Unidos tras superar a Marin Cilic por 6-3, 4-6, 6-4 y 6-2, en un partido en el que el croata obligó al tercer cabeza de serie a subir de revoluciones en su juego, respecto a los dos anteriores partido. Ahora se cruzará con el argentino Juan Mónaco. También ganó el número uno del mundo Novak Djokovic, quien venció en sets corridos al ruso Nikolay Davydenko.

Federer comenzó el partido sin grandes sobresaltos, aprovechando su oportunidad para lograr el quiebre y apuntarse la primera manga. Pero Cilic elevó su nivel de juego en el segundo, comenzó a poner en apuros al suizo con sus potentes golpes, al que tampoco le dio opción alguna con su servicio. Un oportuno quiebre en el décimo juego permitió al balcánico empatar el partido.

El suizo reaccionó de forma inmediata rompiendo el servicio a Cilic en el primer juego de la tercera manga, pero el croata le devolvió la moneda en el siguiente.

El partido se desarrolló con una gran igualdad, con el croata jugando a un gran nivel, hasta que en el noveno juego a Cilic, con punto de quiebre en contra, el árbitro le dio un aviso de tiempo con su saque y éste cometió a continuación una doble falta que le dejaría en bandeja a Federer la tercera manga.

Cilic acusó mucho anímicamente el golpe y volvió a la dinámica de errores del primer set. El de Basilea, viendo herido a su pieza, no dudó en apretar a su rival y se llevó con facilidad el cuarto set, tras 2 horas y 40 minutos de partido.

Federer tiene que ganar la final para extender su increíble racha de nueve años consecutivos con al menos un trofeo de Grand Slam. El tercer preclasificado tuvo que batallar con el viento para conseguir su 226° triunfo en un major, la segunda mayor cantidad en la historia después de Jimmy Connors, que tiene 233 victorias.

"El primer y segundo sets eran para cualquiera", comentó Federer. "El dominó los rallies desde la línea de fondo. Creo que no saqué muy bien en ese período, sabía que tenía que mejorar mi saque. Creo que el viento complicó las cosas. Tuve que hacer algunos ajustes, pero hice los acertados, y creo que fue un gran partido".

En octavos de final Federer se enfrentará al argentino Juan Mónaco, que superó al veterano alemán Tommy Haas por 6-7(3), 6-3, 6-2 y 6-3, después de tres horas de partido para igualar su mejor participación en este torneo, lograda en el año 2007.

El primer set fue muy disputado con puntos muy largos y con ambos jugadores dando muy pocas opciones a su rival con sus servicios. La mayor agresividad en la pista de Haas era contrarrestada por el control de Mónaco. Tan solo un quiebre por jugador provocó que el primer parcial se decidiera en la muerte súbita de forma favorable al jugador germano.

En el arranque del segundo set, Haas se mostró menos certero en sus golpes, lo que aprovechó el argentino en el cuarto juego para conseguir el 'break', aunque necesitó seis ventajas para lograrlo. El alemán, con 20 errores no forzados en este parcial, cedió la manga y se igualó el partido.

A partir del tercer set, Haas de 33 años, que reapareció a finales de abril tras 14 meses de baja por una lesión en el hombro, empezó a acusar el esfuerzo físico realizado y Mónaco aprovechó la coyuntura para llevarse el partido y acabar con la aventura del germano, el jugador en activo con más participaciones en el Abierto de Estados Unidos, un total de catorce.

DJOKOVIC SIGUE IMPARABLE
El número uno del mundo y máximo preclasificado, Novak Djokovic, jugó en un nivel espectacular y volvió a arrasar con su rival de turno. Esta vez la víctima fue el ruso Nikolay Davydenko, quien cayó por 6-3, 6-4 y 6-2 en 2 horas y 7 minutos.

Nole estuvo dominante, firme con el servicio -que no cedió en todo el partido- y oportuno para conseguir un quiebre sobre el final del segundo set que terminó de volcar el resultado a su favor.

Tras un primer parcial en el que ya se marcaba cierta tendencia, la segunda manga fue definitiva para encauzar lo que se preveía: una nueva victoria del serbio, que prácticamente ni festejó su pase a octavos de final.