PEORIA, Arizona - Del 2002
al 2008, Joaquín Benoit tuvo algunas temporadas decentes y otras no muy
destacadas desde el bullpen de los Rangers de Texas.
Según el propio
dominicano, el 2009 representó la encrucijada más importante de su carrera. Ese
año el diestro no tiró una sola entrada, debido a una lesión en el manguito
rotador derecho. Con tiempo para pensar y analizar su trayectoria en Grandes
Ligas y su carrera en sentido general, Benoit decidió dedicarse a su profesión
como nunca antes. Los resultados no se hicieron esperar, ya que desde el 2010
el veterano ha sido uno de los relevistas más eficaces del planeta.
"La lesión del 2009,
creo que fue un año para reflexionar, para encontrarme yo mismo", le dijo
a LasMayores.com Benoit, cerrador de los Padres de San Diego. "Le doy
gracias a Dios por la segunda oportunidad de yo volver a lanzar en las Ligas
Mayores. No es simplemente la fortaleza, sino una segunda oportunidad para
rejuvenecer lo que fue una carrera que en un principio no se sabía para dónde
iba y encontró su rumbo".
Ese rumbo ha llevado a
Benoit a exitosas campañas con los Rays, Tigres y Padres, luego de una
trayectoria sin mucho brillo en Texas. Con los Rangers, cuatro de sus siete
temporadas fueron con efectividad de 5.00 o peor. Pero desde que se recuperó de
la operación en el hombro hace cinco años, tres de sus cinco zafras han sido de
promedio de carreras limpias de 2.01 o mejor.
Según Benoit, la parte
física es una sola faceta de lo que ha sido un dramático giro en su carrera.
"Cuando tú eres
joven, empezando a madurar, hay muchas cosas que tú pasas por alto y quizás no
les pones la atención que se necesita", explicó. "Para mí, en ese
momento el ver que mi carrera se estaba yendo a la derriba por una lesión (me
hizo) ponerle más empeño a mi trabajo. De eso depende mi familia. v
"Entonces, yo pude reflexionar a tiempo sobre las cosas. Quizás si hubiese
seguido de la misma forma, ya no estuviera en el béisbol. Por eso digo que le
doy gracias a Dios por darme una segunda oportunidad de ver las cosas como en
la realidad eran. Le di el tiempo que se merecía al béisbol, como lo debí haber
hecho antes de todo eso. Creo que fue un tropezón para que aprendiera a
levantar los pies".
A sus 37 años, Benoit ha
llegado a estas alturas aún con suficiente en la bola para ser considerado el
cerrador indiscutible de un equipo de San Diego que aspira a mucho en el 2015.
Más notable aun es el
hecho de que en cada una de las últimas dos temporadas, el serpentinero ha
podido hacer la transición de preparador a cerrador a medio camino, incluyendo
el 2013 cuando lo hizo justo cuando sus Tigres de Detroit estaban en medio de
una lucha por ganar su división y llegar lejos en la postemporada.
"La transición no ha
sido tan difícil porque cuando tú vienes preparado y con la oportunidad de
cerrar en algunos partidos, tú te vas acomodando a lo que es el rol", dijo
Benoit.
El quisqueyano salvó 24
juegos en 26 oportunidades por Detroit luego del derrumbe de su compatriota
José Valverde (presente en los entrenamientos de San Diego ahora mismo,
buscando un puesto) y otros en dicho rol, mientras que se fue de 12-11 en
oportunidades de salvamento por los Padres en el 2014 después del cambio de Huston Street a los Angelinos.
"Creo que él siempre
ha tenido la habilidad de tirar al final de los juegos basándose en su talento,
en su material y su repertorio de pitcheos", dijo el manager de los
Padres, Bud Black. "La mentalidad de un cerrador no se adquiere de la noche
a la mañana en el caso de muchos muchachos, pero él la desarrolló más tarde en
su carrera.
"Su experiencia, su
sabiduría y su edad-con su material preservado-más la claridad de sus
pensamientos y cómo sacar esos últimos tres outs. Tiene todo eso para ser un
exitoso lanzador de los últimos innings, sea cerrador o lo que ha hecho el
último par de años, entre taponero y preparador".
Ahora, en su primera
temporada como cerrador oficial desde el principio, Benoit busca repetir los
éxitos del 2014, campaña que terminó con efectividad de 1.49, WHIP (bases por
bolas más hits por cada inning lanzado) de 0.77 y 4.57 ponches por cada boleto.
"Creo que es
simplemente acoplarme y tratar de hacer mi trabajo", dijo Benoit sobre la
responsabilidad como taponero durante toda una temporada.
Pero para el oriundo de
Santiago, R.D., lo más relevante en los últimos años ha sido su dedicación
después de su lesión.
"Siempre estoy muy
agradecido con Dios, porque fueron momentos difíciles y poder encontrarme a mí
mismo y tratar de dar el 100% para regresar aquí-creo que no puedo pedir
más", manifestó. "Fue lo más grande que Dios hizo conmigo y poder seguir
aquí en este momento, después de una lesión como ésa, estoy más que
agradecido".
Por David Venn / LasMayores.com
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