EE.UU.- Incluso mientras los Cachorros de Chicago perdían un juego
tras otro, Ernie Banks nunca perdió la esperanza.
Ese era el encanto del pelotero conocido como "Mr. Cub".
Banks, un toletero miembro del Salón de la Fama y dos veces Jugador Más Valioso de la Liga Nacional que siempre mantuvo el entusiasmo a pesar de jugar durante décadas en equipos perdedores, falleció el viernes por la noche. Tenía 83 años.
Los Cachorros anunciaron el deceso, pero no dieron la causa de muerte.
Banks conectó 512 jonrones durante su carrera de 19 años, y solía decir "es un día fabuloso para jugar pelota. ¡Juguemos dos!". De hecho, esas últimas palabras de su famosa frase están escritas en una estatua suya afuera del estadio Wrigley Field.
Y en una fría noche de invierno el viernes en Chicago, el famoso estadio tenía una triste inscripción en su pantalla: Ernie Banks. "Mr. Cub" 1931-2015.
"Las palabras no pueden describir cuán transcendental será Ernie Banks para los Cachorros de Chicago, la ciudad de Chicago y el béisbol de Grandes Ligas. Fue uno de los grandes peloteros de todos los tiempos", indicó Tom Ricketts, el presidente ejecutivo de los Cachorros, en una declaración escrita. "Fue un pionero en las mayores. Y mucho más importante, fue la persona más cariñosa y más sincera que yo he conocido".
"Ernie Banks es y siempre será Mr. Cub", añadió Ricketts.
El presidente estadounidense Barack Obama y la primera dama Michelle Obama expresaron sus condolencias "a la familia de Ernie Banks, a toda la gente de Chicago y a los fanáticos del béisbol que lo adoraban". El mandatario recordó que Banks fue famoso tanto por su optimismo y amor por el deporte como por sus cuadrangulares y dos galardones al más valioso.
"Como integrante del Salón de la Fama, Ernie fue un embajador increíble para el béisbol, y para la ciudad de Chicago", dijo Obama en un comunicado. "Era adorado por los fanáticos del béisbol en todos lados, incluyendo a Michelle, quien, cuando era una niña, solía sentarse con su padre a verlo jugar por televisión. Y en 2013, fue mi honor entregar a Ernie la Medalla Presidencial de la Libertad".
"En algún lugar, el sol brilla, el aire es fresco, el equipo está con él, y el Señor Clase -"Mr. Cub"- está listo para jugar dos".
Banks fue el primer pelotero de un equipo con marca negativa en ser consagrado como el Más Valioso, en la campaña de 1959. También obtuvo el galardón en 1959, convirtiéndose en el primer jugador de la Liga Nacional en ganarlo en años consecutivos.
Aunque fue seleccionado 11 veces al Juego de Estrellas entre 1953-71, Banks nunca pudo actuar en la postemporada. Solamente seis veces en su carrera, los Cachorros lograron acabar con foja de .500.
Banks fue exaltado al Salón de la Fama en 1977, en su primer año de elegibilidad, y fue incluido en el denominado "Equipo del Siglo" en 1999.
Su radiante sonrisa y buen humor, pese a la mediocridad de los Cachorros, le convirtieron en un favorito de la afición del equipo, que en una votación le proclamaron como el mejor jugador en la historia de la franquicia. El actor Bill Murray, uno de sus admiradores, le puso a su hijo el nombre de Homer Banks Murray.
"Ernie Banks fue más que un pelotero cualquiera. Fue uno de los mejores embajadores de Chicago. El amaba esta ciudad tanto como amaba el deporte del béisbol", señaló el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel. "Este año, en todos los partidos de los Cachorros, pueden estar seguros que el número 14 estará cuidando a este equipo. Y si somos afortunados, será un lindo día no sólo para jugar un partido, sino para dos".
El 14 de Banks fue el primer número retirado por los Cachorros, y está colgado del poste de foul del jardín izquierdo en Wrigley Field.
"Me gustaría llegar al último partido de la Serie Mundial en Wrigley Field y batear tres jonrones", dijo en una ocasión. "Es lo que siempre quise hacer".
Banks jugaba con los Monarchs de Kansas City de las Ligas Negras cuando los Cachorros le descubrieron en 1953 y pagaron 10.000 dólares por su contrato. Debutó en las mayores como torpedero el 17 de septiembre de ese año, y tres días después conectó su primer jonrón.
Alto y espigado, Banks no parecía ser el típico bateador de poder, menos cuando se colocaba en el plato, subiendo el madero bien alto y haciéndole mover al esperar los lanzamientos. Pero sus muñecas eran fuertes, y su swing era compacto y vertiginoso, disparando jonrones con pasmosa facilidad.
Cuando cambió a un bate más liviano previo a la temporada de 1955, se pudo apreciar su poder. Sacudió 44 jonrones esa temporada, incluyendo tres contra los Piratas de Pittsburgh, el 4 de agosto. Sus cinco grand slams ese año fijaron un récord en las mayores, el cual perduró más de 30 años hasta que Don Mattingly pegó seis en 1987.
La mejor temporada de Banks fue la de 1958, cuando bateó para promedio de .313 con 47 jonrones y 129 impulsadas. Aunque los Cachorros acabaron con foja de 72-82 y quedaron sextos en la Liga Nacional, Banks superó a Willie Mays y Hank Aaron para obtener su primer premio al Más Valioso.
Banks repitió el año siguiente, otro desastroso de los Cachorros, con promedio de .304 y 45 jonrones. Lideró su circuito con 143 impulsadas.
Fue el campeón de jonrones de la Nacional en 1960, su cuarta campaña seguida con 40 o más. Su acumulado de 248 jonrones entre 1955-60 marcó la máxima cantidad en las mayores en ese período, eclipsando a Aaron y Mays.
Aunque Banks no volvió a superar la barrera de 40 jonrones tras 1960, alcanzó el hito de las 100 remolcadas en otras tres oportunidades, la última vez en 1969. Con 38 años, bateó para .253 con 23 jonrones y 106 impulsadas, y fue seleccionado para su undécimo Juego de Estrellas.
Conectó su jonrón 500 el 12 de mayo de 1970, convirtiéndose en el octavo pelotero que en ese momento alcanzó esa cantidad.
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