(AP) BELO HORIZONTE,
Brasil.- Los palos y las proezas del arquero Julio César pusieron ayer
sábado a un desdibujado Brasil en los cuartos de final de la Copa Mundial a
costa de Chile, al que derrotó por penales luego de que el partido había
terminado empatado 1-1.
Julio César, que previamente había tapado un remate a
quemarropa a Charles Aránguiz durante el tiempo reglamentario, se vistió de
héroe al detener los dos primeros penales de Chile, ejecutados por Mauricio
Pinilla y Alexis Sánchez.
Pero luego de cuatro remates la serie estaba empatada
2-2, ya que el chileno Claudio Bravo le había parado su tiro a Hulk y Willian
había rematado desviado. Neymar anotó entonces por Brasil y el tiro de Gonzalo
Jara fue devuelto por un poste.
Fue la segunda vez que los maderos salieron en ayuda
de Brasil, ya que sobre el final del alargue un bombazo de Pinilla se había
estrellado en el travesaño.
“Hace cuatro años atrás di una entrevista muy triste,
conmovido, emocionado, pero ahora estoy llorando de felicidad”, dijo Julio
César aludiendo a la eliminación en cuartos de final ante Holanda.
En un partido muy intenso, con más marca que juego,
David Luiz puso a los dueños de casa arriba en el marcador a los 17 minutos y
Sánchez empató a los 31.
La marca asfixiante y un impresionante despliegue
físico de los chilenos maniataron a Brasil y por momentos dio la impresión de
que los visitantes lograrían la hazaña de eliminar al dueño de casa, que busca
su sexto título.
Pero los penales y los maderos dispusieron otra cosa.
“Brasil en ningún momento arriesgó demasiado”, comentó
Jorge Sampaoli, el técnico argentino de Chile. “Al final casi ganamos el
partido y le damos una alegría a todos”.
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