(AFP) Roma.-
Italia, cuatro veces campeona del mundo, vivió en la edición anterior de
Sudáfrica-2010 una de las mayores humillaciones de su historia, al caer en la
primera ronda siendo la vigente campeona, por lo que afrontará Brasil-2014 con
ánimo de revancha.
Mucho han cambiado las cosas en estos cuatro años. El
seleccionador Cesare Prandelli se ha propuesto levantar al equipo de sus
cenizas y transmitirle un nuevo estilo, con un juego más atractivo y no tan
aferrado a la tradición defensiva marca de la casa.
El resultado se vio en la Eurocopa-2012, con un
meritorio subcampeonato, pese a la dura derrota (4-0) de la final ante España.
En ese torneo, el equipo sorprendió y fue uno de los más alabados, lo que
subrayó el buen trabajo del nuevo entrenador.
A Brasil, el equipo llegará con un perfil bajo, con un
plantel que parece inferior al de otras grandes selecciones, pero con ganas de
llegar lejos y responder dignamente a la historia del país, que levantó los
trofeos de 1934, 1938, 1982 y 2006 en esta competición.
Prandelli no quiere fijarse metas y prefiere ir paso a
paso en el torneo, empezando por una primera fase donde el grupo D se presenta
muy duro para la Azzurra, contra otros dos excampeones mundiales, Uruguay e
Inglaterra, además de Costa Rica.
“Es un grupo especialmente difícil. El primer objetivo
es superarlo, sólo después podremos pensar en ponernos objetivos más
ambiciosos”, declaró el entrenador.
El fútbol italiano no parece en su mejor momento y en
clubes no consigue la Liga de Campeones desde 2010, cuando se coronó el Inter
de Milán. Esta campaña no consiguió situar a ninguno de sus representantes en
los cuartos de final, un fracaso absoluto.
Pero más allá de esa actuación de sus clubes, lo que
sigue pesando mucho en el pesimismo italiano es el Mundial de Sudáfrica-2010,
al que el país llegó como defensor del título y del que se fue con vergüenza y
deshonor, tras caer en la primera ronda, con empates 1-1 ante Paraguay y Nueva
Zelanda, y una derrota final contra Eslovaquia (3-2).
Si hay un jugador del que los ‘tifosi’ esperan mucho
desde hace tiempo, ese es Mario Balotelli, el controvertido atacante del Milan,
que a sus 23 años jugará su primer Mundial. El exgoleador de Inter y Manchester
City ha tenido un año irregular e incluso se especuló con un posible castigo de
Prandelli por su estado de forma y su actitud, aunque el técnico disipó las
dudas a finales de abril: “No le dejaré en casa”.
En el caso de que Balotelli no sea el líder que su
equipo desea, siempre podrá recurrir a Andrea Pirlo (Juventus), otra de la
grandes figuras del plantel, y en un goleador que ha respondido bien esta
temporada en el Torino, Ciro Immobile, o el veterano Antonio Cassano (Parma).
Giuseppe Rossi (Fiorentina), por contra, no entró en la lista final de 23, tras
intentar recuperarse contrarreloj para esta cita.
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