BOSTON. Anoche, el
jardinero Shane Victorino remolcó cuatro carreras, y el lanzador John Lackey se
las ingenió para salir de los problemas a través de seis entradas y dos
tercios, en los que permitió una carrera limpia y nueve hits para que los
Medias Rojas de Boston, masacraran seis vueltas por una, a los Cardenales de
San Luis, en el sexto y decisivo juego de la Serie Mundial. Boston logró así su
séptima corona y la tercera en diez temporadas, en estas últimas siempre con
David Ortiz.
En el cierre del tercer
episodio, las bases llenas y dos outs, Victorino conectó un doblete a la pared
del Monstruo Verde ante un cambio de velocidad de Michael Wacha, para remolcar
las tres primeras carreras de Boston y decisivas. Jacoby Ellsbury inició el
inning disparando hit al prado central, Pedroia lo movió con rodado de bate
roto por tercera y David Ortiz recibió boleto intencional. Wacha ponchó a
Napoli, y Gomes llegó a la primera base tras ser golpeado.
En el quinto acto, los
Medias Rojas se distanciaron para siempre. El campocorto Stephen Drew abrió el
inning con cuadrangular ante Wacha, colocando el partido cuatro por cero.
Napoli disparó sencillo con Ellsbury en la intermedia, para anotar la quinta de
los Medias Rojas, que decretó la salida de Wacha. Victorino recibió con hit
remolcador al relevista Lance Lynn, y Ortiz anotó la sexta.
Los Cardenales hicieron lo
posible para impedir el daño ofensivo del bateador designado de los Medias
Rojas. Fue transferido por bolas tres veces de manera intencional y en otra lo
manejaron con delicadeza, y aun así consiguió la base por bolas, finalmente
Siegrist lo ponchó en conteo de tres bolas y dos strikes en el sexto episodio.
Pero anoche, el resto de
los barbudos hizo el trabajo, fabricando dos rallies de tres carreras en el
tercero y cuarto episodios, remolcando en carreras dos veces al Jugador Más
Valioso de la Serie Mundial. Ortiz coronó una Serie Mundial para la historia.
En 16 turnos oficiales, 11 indiscutibles, dos jonrones, seis remolcadas y ocho
bases por bolas. El colofón de un año en el que bateó para .306, disparó 30
jonrones, tuvo 103 remolcadas, y OPS de .959.
En cuatro episodios, los
Cardenales de San Luis dejaron de manera colectiva nueve hombres en las bases.
La primera vez con dos hombres en bases sin out, y la segunda con dos en bases
después de un out. En el séptimo, anotaron una vuelta, y con las bases llenas,
Allen Craig, que había disparado con fortaleza toda la noche, rodó al
inicialista para terminar el inning ante los lanzamientos del japonés Junichii
Tazawa.
A Lackey lo relevaron
Tazawa, Workman y Uehara, un pitcheo perfecto en dos entradas y un tercio.
Michael Wacha fue devorado por los Medias Rojas. En tres entradas y dos tercios
permitió seis carreras limpias con cuatro bases por bolas y un golpeado. El dominicano
Carlos Martínez enfrentó seis bateadores y permitió un hit y ponchó a otro.
La historia se repitió
Esta es la segunda vez que
los Medias Rojas de Boston destapan el "champán" en el Fenway Park,
algo que no sucedía desde hace 95 años, cuando todavía Babe Ruth era parte de
la tropa como lanzador. La primera vez fue en 1918, cuando Estados Unidos se
encontraba involucrado en la Primera Guerra Mundial, y la consigna del momento
era "a la guerra o al trabajo", pero los peloteros fueron exonerados
de los deberes patrióticos, porque debían entretener a la población, y
apartarla de las preocupaciones lógicas de la conflagración mundial. Al igual
que anoche, los Medias Rojas de 1918 derrotaron a los Cubs en el sexto juego.
Grandeza de Lackey
Para John Lackey, haber
ganado el Juego 6 en Boston fue un broche de oro, la culminación de un repunte
en su carrera, y también en su popularidad con la fanaticada local. El veterano
cayó en cierta desgracia, luego de registrar efectividad de 6.41 en el 2011 y
perderse todo el 2012 por la cirugía para reconstruirle el codo de lanzar, que
fue en medio de un contrato de cinco años y US$82.5 millones con los
Patirrojos.
Pero el 2013 ha sido
diferente, ya que un Lackey mucho más esbelto tuvo promedio de carreras limpias
de 3.52 -su mejor vistiendo el uniforme de los Medias Rojas- y su más eficiente
proporción de ponches y bases por bolas desde el 2007.
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