
El centrodelantero Peralta marcó el primero con un remate rasante (1) y el
segundo de cabeza (75), como héroe en las redes, aunque el mérito de la hazaña
fue de todo un equipo organizado ante un Brasil en el que decepcionaron sus
estrellas, Neymar y Oscar, aunque un potente Hulk (90+1) pudo descontar.
A Brasil le faltaron la magia y el talento de sus individualidades y
terminó jugando, en vano, con cuatro delanteros pero incapaz de producir
jugadas desequilibrantes.
La Seleçao vivió la desilusión de volver a perder la oportunidad de ganar
la medalla de oro olímpica, único trofeo que falta en sus vitrinas.
México hizo la proeza y saltó al olimpo con el más grande triunfo que jamás
haya soñado.
El Tri, como en el lejano Oeste de los westerns, disparó primero y preguntó
después cuando el reloj marcaba 30 segundos, una eternidad para el infantil
error cometido por Rafael, quien recibe un balón largo a cualquier parte del
arquero mexicano José Corona y trata de salir jugando con lujos y amagues.
Muy hermosos los amagues pero deja una pelota corta para Sandro, a quien se
la roba Javier Aquino y Peralta, a la manera de los verdugos del área, le clavó
el balón en un ángulo bajo imposible atajar para Gabriel. Hubiese sido
sólo una anécdota, un pésimo comienzo, en el choque.
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