BOSTON AP Los Medias Rojas de Boston regresaron al
vestuario el sábado para encontrar los casilleros vacíos de Adrián González,
Josh Beckett y Carl Crawford, quienes empacaron sus cosas para irse a Los
Angeles en un cambio que desmantela a este decepcionante equipo y que ahora
podrá remozarse sin sus pesados contratos.
Mediante la transacción, el primera base James Loney, el
pitcher Allen Webster y el infielder puertorriqueño Iván DeJesús Jr. pasan de
los Dodgers a Boston, además de un par de jugadores que serán anunciados
después. Los Angeles también adquirió al infielder Nick Punto.
Se trata del canje más grande en la historia de los Dodgers.
``Continuaremos haciendo todo lo posible para reforzar nuestro
equipo para la recta final con el objetivo de clasificarnos a la
postemporada'', dijo el gerente de los Dodgers Ned Colletti en un comunicado.
``Este canje es un ejemplo del compromiso de los duelos de que el equipo sea el
más fuerte no sólo en 2012, sino para las futuras temporadas''.
Los Dodgers tratan de darle alcance a San Francisco por el
título del Oeste de la Liga Nacional y también pujan por el wild card. El canje
se produjo menos de una semana previo a la fecha límite de 31 de agosto para
que los equipos puedan tener los jugadores que pueden actuar en la
postemporada.
El mexicano González, otrora estrella de los Padres de San
Diego, dijo vía Twitter en inglés y español que estaba emocionado de volver a
California.
Beckett publicó en la misma red social que agradecía a los
aficionados de los Medias Rojas, y Punto publicó una fotografía de los tres en
lo que parece ser un jet privado con el texto: ``í Dodgers lo están haciendo de
primera clase!''.
El acuerdo podría ahorrarle a los Medias rojas unos 261
millones de dólares en salarios hasta el 2018 y darles la oportunidad de
empezar de cero la reconstrucción desde el derrumbe del último mes de la pasada
temporada.
Tanto el piloto Terry Francona como el gerente general Theo
Epstein se fueron tras la debacle, y la foja de 60-66 que ha conseguido el
equipo bajo el manager Bobby Valentine hasta el momento en la campaña convenció
a la directiva a confiar que un cambio más drástico era necesario.
La actitud arrogante de Beckett, no dejó de irritar a los aficionados,
sobre todo cuando su promedio de efectividad desmejoró.
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