Diferente estadio, mismo resultado (con distinto carreraje): un triunfo por blanqueada (6-0) de las Águilas Cibaeñas sobre los Tigres del Licey que permitió al equipo cibaeño descontar medio partido en relación con los líderes del Round Robin, Leones del Escogido. Shane Youman, el abridor de los cibaeños, laboró sin mayores consecuencias durante seis episodios completos.
Por más que se metía en problemas siempre salía de ellos, gracias a una visible anemia ofensiva de los bates liceístas.
El zurdo norteamericano permitió seis imparables, pochó a uno y dio un boleto.
Después de él, vinieron los relevista TJ Peña, Ángel Castro y Manauris Báez, quienes, en ese mismo orden, mantuvieron a raya a los locales en las siguientes tres entradas. El dirigente de los Tigres, Rafael Landestoy, en cambio, utilizó nueve relevistas, lo que ayudó a que el partido durara tres horas y 41 minutos. Landestoy, que tiene al Licey con marca de 1-3, fue abucheado varias veces en el momento en el que regresaba de la lomita tras sustituir un lanzador.
Hubo un momento en que tuvo que ser calmado por sus propios jugadores tras aparentemente diascutir verbalmente con un fanático. La sangre no llegó al río.
Las Águilas contaron con el debut de Miguel Tejada, el Jugador Más Valioso en las Grandes Ligas en la temporada de 2002, quien remolcó la cuarta carrera aguilucha con un doble frente al relevista Mikael Cleto en el quinto acto y luego la sexta anotación con otro doblete frente a Víctor Marte en el octavo. El banilejo se fue de 5-2, con dos remolcadas. Sus dos tubeyes fueron por la misma zona:
la línea de la tercera base.
Juan Carlos Pérez coronó el tercer triunfo aguilucho en la octava entrada cuando conectó un cuadrangular dentro del parque frente a los envíos del relevista Jake Stevens para brindar a su combinado la quinta vuelta. Fue un batazo largo por el bosque central que aparentó estar controlado por el jardinero Engel Beltré, que finalmente fue golpeado por la pelota. El anotador oficial le dio hit al batazo.
Tejada fue ovacionado en su primer turno por la concurrencia en el estadio Quisqueya, parque que sorprentemente no se llenó. Esmil Roger, el abridor del Licey, no trajo nada en la bola y fue atacado con tres carreras y tres imparables en una entrada y dos tercios. Perdió el encuentro.
Rogers golpeó a Joaquín Arias, el Jugador Más Valioso del torneo en la vuelta regular, en la segunda entrada con una recta a 94 millas. Arias fue sacado del partido, lo que dio lugar a que entrara al partido Omar Luna, que cubrió la segunda almohadilla y Pedro Ciriaco fue movido al campo corto. Los hermanos Luna, entonces, cubrieron primera y segunda, y los Ciriaco, el campocorto y la tercera.
Las carreras
Las Águilas madrugaron con un par de anotaciones en la primera entrada gracias un imparable remolcador de Audy Ciriaco ante los envíos del abridor liceísta Esmil Rogers.
Elian Herrera y Joaquín Arias se habían embasado, el primero con boleto y el segundo con sencillo, hasta que Brandon Moss los movió cuando falló con rodado de tercera a primera para dejarle preparado a Ciriaco, quien conectó con autoridad a Rogers por el prado central.
El ataque cibaeño siguió en la segunda entrada cuando pusieron el marcador 3-0 tras un out. Rogers cometió error en tiro al tratar de sacar a Juan Carlos Pérez, quien llegó hasta la segunda, luego Pedro Ciriaco fue ponchado y después Elian Herrera dio sencillo remolcador al prado central.
El estadio Quisqueya que no se llenó
El escenario estaba listo: viernes, día de pago en las empresas del sector privado, y jugaban Águilas y Licey, los rivales que han dominado el béisbol invernal en los últimos 20 años.
Todos esperaban un estadio Quisqueya a toda capacidad, pero no fue así. El viejo parque del ensanche La Fe lució a un 60-65% de su capacidad.
Ese panorama se venía ocurrir incluso dos horas antes del juego, cuando el tránsito en las inmediaciones del estadio era fluido, contrario a lo que sucede la mayoría de las veces que la instalación aloja juegos entre este par de franquicias.
Muchos entendidos atribuyeron el escenario al mal desempeño que han tenido los Tigres en el inicio del Round Robin, y al parecer, tuvieron razón porque el color amarillo predominó en un parque azul.
Pasada las ocho de la noche, fanáticos aún compraban boletas para presenciar el encuentro entre los “nuevos rivales.
Se atribuye a la anormal asistencia de público al hecho de que la mayoría de boletas fueron acaparadas por el “mercado negro”, que las ofertaban hasta mil pesos en los palcos bajos.
Todos esperaban un estadio Quisqueya a toda capacidad, pero no fue así. El viejo parque del ensanche La Fe lució a un 60-65% de su capacidad.
Ese panorama se venía ocurrir incluso dos horas antes del juego, cuando el tránsito en las inmediaciones del estadio era fluido, contrario a lo que sucede la mayoría de las veces que la instalación aloja juegos entre este par de franquicias.
Muchos entendidos atribuyeron el escenario al mal desempeño que han tenido los Tigres en el inicio del Round Robin, y al parecer, tuvieron razón porque el color amarillo predominó en un parque azul.
Pasada las ocho de la noche, fanáticos aún compraban boletas para presenciar el encuentro entre los “nuevos rivales.
Se atribuye a la anormal asistencia de público al hecho de que la mayoría de boletas fueron acaparadas por el “mercado negro”, que las ofertaban hasta mil pesos en los palcos bajos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario