ESTADOS
UNIDOS. Mientras que casi todo el mundo ignoraba de sus molestias físicas,
Robinson Canó siguió en lo suyo: jugar.
El segunda
base de los Marineros de Seattle comenzó la pasada temporada sufriendo con una
molestia abdominal que arrastraba desde el año previo y pudo terminarla -actuó
en 156 de los 162 partidos— pese una dolencia muscular en el torso. En octubre,
acabó sometiéndose a una cirugía para reparar dos hernias deportivas.
“A veces no
podía ni podía dormir”, relató Canó. “Pero ya me conocen. No soy alguien de
estar poniendo excusas”.
Canó asegura
que está recuperado para afrontar su tercera temporada con los Marineros, que
inician 2016 como los nuevos dueños de la sequía más larga sin clasificarse a
la postemporada en las Grandes Ligas.
Seattle no
acude a los playoffs desde 2001, ese año en el ganaron 116 juegos para perder
ante los Yanquis de Nueva York en la serie de campeonato de la Liga Americana.
Para romper el
embrujo, un Canó completamente sano es vital, y con una producción que endose
su contrato de 240 millones de dólares
“Se nota que
ha recuperado ese vigor”, comentó el nuevo manager Scott Servais. “Tenemos a
alguien que viene decidido a saldar cuentas pendientes”.
El 2015 de
Canó tampoco debe tildarse como desastre, sino como un año que habría que
dividirlo en dos mitades. La mala correspondió a los primeros tres meses,
cuando su promedio al bate fue de .238 y apenas conectó cuatro jonrones. Pero
fue otro en los últimos tres, con 17 jonrones y un promedio de .330.
Su desempeño
en los entrenamientos de primavera ha sido sensacional, incluyendo un juego de
tres jonrones.
“Me siento
diferente ahora. Siento que puedo mover bien mis caderas”, resaltó Canó. “Es un
alivio poder jugar con el nivel que tú quieres”.
Pero su
arranque de pesadilla influyó en una agridulce campaña de Seattle, con marca de
76-86 en la división Oeste de la Liga Americana. Se esperaba más de un equipo
que se quedó corto de los playoffs por apenas un juego la temporada previa.
El gerente
general Jack Zduriencik y el manager Lloyd McClendon fueron despedidos. Andy
Van Slyke, el ex coach de bateo, fustigó a Canó, atribuyéndole la culpa por los
despidos. “El peor tercer bate, jugador titular, que he visto”, atizó Van Slyke
en una entrevista radial.
Jerry Dipoto,
el nuevo gerente, decidió renovar masivamente el roster, con una avalancha de
17 incorporaciones mediantes canjes y fichajes en la agencia libre.
Se enfatizó en
elevar las cifras de embasado, tener un mejor bullpen y contar con jardineros
capaces de cubrir más terreno en el espacioso Safeco Field.
Una deuda
con Félix Hernández
El núcleo del
equipo sigue igual, con el as venezolano Félix Hernández al frente de la
rotación, junto a Canó, Nelson Cruz y Kyle Seager liderando la ofensiva.
Hernández,
quien cumplirá los 29 años en la segunda semana de abril, entra a su segunda
década lanzando con los Marineros y la consigna en el camerino es que ya es
hora lance en una postemporada.
El “Rey Félix”
viene de una campaña en la que se anotó 18 victorias, el segundo mayor total de
su carrera, pero su porcentaje de efectividad de 3.53 fue el más alto desde el
3.92 en 2007. También tuvo algunas de las salidas más desastrosas de su
trayectoria, incluyendo una en Houston en la solo sacó un out y permitió ocho
carreras limpias.
El resto de la
rotación incluye a Hisashi Iwakuma, quien coqueteó con firmar con los Dodgers;
el prometedor Taijuan Walker y los recién llegados Nathan Karns y Wade Miley.
Los cambios
La renovación
del roster fue drástica. Casi la mitad de sus 25 integrantes estuvo en otros
equipos el año pasado.
El cubano
Leonys Martín y Nori Aoki son los nuevos acompañantes de Cruz en los jardines;
Chris Ianneta pasa a ocupar la receptoría; y Adam Lind se estrena en la
inicial. Como los números de Lind antes pitchers zurdos, Seattle importó a
Dae-Ho Lee (31 jonrones en Japón) para repartirse los turnos.
Ketel
Marte, en el shortstop
Aparte de los
44 jonrones que Cruz conectó en su primer año, lo otro que dejó un buen sabor
en 2015 fue la aparición de un campocorto con un buen bateo y defensa. En 57
juegos, el dominicano Ketel Marte bateó para .283 y .351 en embasado.
Conclusión
Quizás el
factor que deberá decidir si el equipo sale a flote o no será el desempeño de
sus relevistas. En 2014, el bullpen de Seattle tuvo la mejor efectividad de las
mayores con 2.59, pero la cifra se disparó a 4.15 el año pasado. Cruzan los dedos
que Steve Cishek pueda recuperar su dominio como cerrador que exhibió antes en
Miami y no el que perdió el puesto el año pasado. El veterano Joaquín Benoit
(efectividad de 1.98 desde 2013) se encargará del octavo.
AP/ERIC
NÚÑEZ